Dos hombres y un destino, uno tenia 30 años y estaba en el paro, pero no solo por no tener trabajo sino por no hacer nada de nada, el otro 70 años, pero habia algo que les unia mucho mas que la edad, levantarse a las 6 de la mañana para ir a leer el periodico a la plaza de Patraix, todos los dias cuando llegaba el kioskero ahi estaban los dos esperando, decian que el periodico fresquito tenia mejores noticias, entre comentarios y consejos.
El tiempo pasaba y dia tras dia siempre igual. Hasta que un fatidico martes de otoño el parado vio que el pensionista no llegaba a su kiosko habitual, se puso nervioso, pasaron los dias y nunca aparecio, el parado en estado de locura hasta penso en ponerse a trabajar, y lo hizo.
Ahora tiene un trabajo donde no gana mucho pero le gusta lo que hace, consiguio una pareja y comenzaron a hacer una vida bastante interesante, entre proyectos, viajes y aventuras.
Nunca volvio a aquel kiosko porque alguien ahora le trae el periodico a casa, pero cuando pasa por aquella plaza, siempre recuerda a aquel viejo que le abducia las primeras horas de la mañana comentando las noticias y asombrandose de lo que puede hacer la gente cuando quiere hacer algo, el viejo lo habia hecho ya, muchas cosas habia hecho pero luego que murio su mujer ya no tenia ganas de hacer mas, penso en robarle la vida a este joven parado, deleitaba cada minuto de esas juveniles mañanas, de ese tiempo que le robaba al joven, siempre le dejaba soñar y el soñaba, hasta que un dia penso en alguien mas que en el mismo y le dejo volar y volo, el joven ex-parado ahora vivo siempre se acuerda de el pensando en su muerte y reza algunas veces a su manera, el viejo nunca le dijo que no murio, simplemente dejo que el viva.
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