Era una mañana normal de un martes como otro, la contaminacion y el olor a cloaca se adueñaba de la ciudad, salgo somnoliento a las 8 am a mirar por mi balcon como todas las mañanas para comprobar si se habia iniciado la anciada revolucion social pero me lleve la tipica desilucion, la misma indigente gritando, las obras a medio terminar, y los zombies llendo a sus respectivos lugares de trabajo. Al ir a la cocina a prepar uno de mis maravillosos y perfectos cortados que hace poco aprendi a hacer con cafe instantaneo, me di cuenta que no me quedaba leche de soja ni tabaco para acompañarlo, esto me puso un poco nervioso, empezo a moverse mi ceja a modo de tick y de mala ostia me puse sobre el pijama de los simpsons un chandal sucio y un jersey deportivo para bajar a la calle, abro la puerta y compruebo que el ascensor no funcionaba, esta fue la gota que colmo el vaso, volvi a entrar a mi piso ya muy nervioso y cabreado, me cambie el pijama por un traje que habia usado hace años en una boda, abri un antiguo baul y saque una escopeta que usaba mi padre para cazar antilopes en turkemistan, un antiguo cuchillo que mi abuelo utilizo en la guerra civil aun con manchas de sangre franquista, coji tambien varias botellas de queroseno que tenia en la cocina, unos frascos con sustancias quimicas de un experimento aun sin acabar, unos paños y algo de dinero, puse el cuchillo enganchado al cinturon y las otras cosas en un bolso deportivo, baje las putas escaleras hasta salir a la calle.
Al salir por el portal, sali andando hacia el centro, no tarde mucho en encontrarme con mis primeros enemigos, justo en la parada de bus del 89 en la avenida Giorgeta habian unas viejas, una joven sudamericana esperando el bus y dos rumanos de raza gitana sentados cerca, como no era la primera vez que les veia (a los rumano) y ya sabia lo que hacian decidi sentarme en uno de los bancos no sin antes cojer una rama de consistencia dura caida de un arbrol que fui moldeando a mi gusto con el cuchillo, pasaron unos pocos minutos cuando llego el bus y entre las 5 viejas y la chica se posicionaron los dos rumanos de por medio, el primero le abrio lentamente la cremallera de la mochila de la sudamericana y ya sin perder tiempo le aseste un golpe en la muñeca el rumano, probablemente se la rompi en aquel momento, una de las viejas comenzo a gritar, le dije que no fuera imbecil, que cerrara la cartera y agachara la cabeza, al agachar la cabeza propine otro golpe al otro rumano pero esta vez en la cien izquierda asi que cayo desmayado al suelo y su compañero me agarro del cuello sin exito porque logre zafarme y con unos cuantos golpes mas deje a estos dos sujetos inconcientes y quiza sin vida, no me preocupaba mucho si habian muerto o no asi que deje a las viejas gritando mientras seguia mi camino, pare a comprar tabaco y tomar mi cortado en el bar mas sucio que encontre.
Ya estaba recuperado y el ruido de las ambulancias y la policia eran una musica muy apropiada para esa mañana, me despedi cortesmente del camarero a quien deje 40 centimos de propina y ya cruzando la gran via en la puerta del metro de plaza de españa veo a unos 4 policias nacionales pidiendo documentos a las personas con aspecto de extranjeros que salian de dicho metro, fui a la tienda rusa cercana al metro y compre dos botellas de medio litro de cerveza (chela), para bebermelas mientras mirava estos controles. Hiba por la mitad de la segunda botella cuando veo que estos policias se ensañaban con un africano que aunque no conocia personalmente tenia informacion que vivia en un piso patera por mi barrio y vendia pulseras y peluches por el centro para poder enviar algunos euros a su familia en Mozambique, pasaron 4 minutos mientras yo bebia mi ultima cerveza (chela) y estos funcionarios de la ley, hablaban por el walkie, reian, cojian los peluches y las pulseras de este africano y se burlaban de ellas y de el, el con mirada triste esperaba y trataba de convencerles en su pesimo español de que le dejaran continuar su camino, yo ya no tenia mas chela rusa, asi que decií cruzar a la otra boca del metro para salir justo por donde estaban ellos, al salir paso por el costado de ellos y al ver que no me detenian para comprobar mi documentacion, les pedi amablemente que lo hicieran, me miraron 3 de ellos y de malos modos me dijeron que siguiera andando que estaban trabajando, que no les molestara y siguieron a lo suyo, yo segui de pie ahi durante unos instantes mirandoles, dicho acto les incomodaba asi que uno saco su porra y se avalanzo hacia mi pero no con la velocidad necesaria para evitar que sacara la escopeta de doble caño de mi bolso y les pegara un tiro en la cabeza a cada uno de ellos, guarde la escopeta en mi bolso y mientras cruzaba por los charcos de sangre y cuerpos sin vida de estos policias me dirigi al africano que permanecia semi sentado temblando de miedo, le pedi disculpas si la sangre le habia salpicado la ropa, le compre una pulsera y segui mi camino.
Al llegar al barrio de Velluters en el casco historico de la ciudad, mientras andaba por las calles pobladas de travestis y putas me cruze con un tipo muy alto, musculoso, que parecia que aun no se hubiera ido a dormir, se movia rapidamente en circulos, probablemente influenciado por la cocaina, le pregunte si necesitaba algo, si se sentia bien, detuvo su movimiento, se puso firme y con moviendo su brazo hizo el saludo caracteristico nazi, gritando consignas nazis en aleman, le volvi a repetir la pregunta esta vez con menos amabilidad y mas fimeza, volvio a hacer el saludo pero esta vez diciendo consignas franquistas y me pregunto si era un negro de mierda cuando obiamente hasta ese momento el color de mi piel no era ni demasiado blanca ni demasiado negra asi que estime que no me habia vuelto negro por que si esa mañana y le dije que su respuesta no era correcta, a lo que saque el cuchillo de mi cintura y se lo clave en la yugular, sin darle tiempo a reaccionar mesclando la sangre de antiguos franquistas del cuchillo de mi abuelo con la de este neo-franquista.
Mientras se retorcia de dolor y se desangraba puse en mi mp3 uno de los himnos de la FAI (Federacion Anarquista Iberica) cantados durante la guerra civil y se lo puse en su oreja para que no muriera en paz, cuando comprobe que ya estaba muerto porque no reaccionaba al darle patadas en los testiculos, segui mi camino hacia el ayuntamiento pasando antes por una farmacia para comprar ciertas sustancias que necesitaria mas adelante, al llegar al ayuntamiento entre y pedi un plano de las tuberias de agua, me dirijo a la parada del autobus 19 para ir a mi objetivo pero al darle la parada al autobus este se detiene 3 metros despues del lugar donde deberia, le pido amablemente que retroceda y detenga el autobus en el punto correcto, no me hace caso asi que me veo obligado a sacar de mi bolso las botellas de querosendo que tenia preparadas, encenderlas y arrojarlas al autobus, como me venia de paso arroje algunas al ayuntamiento tambien, sin esperar a que acabara la cremá en la calle paralela me tome un taxi, en 5 minutos me dejo en una asequia estrategicamente ubicada, donde mediante una compleja mescla de sustancias quimicas contamine el toda el agua de la ciudad y los cultivos, pocos dias despues la contaminicacion se fue expandiendo, mi familia y amigos murieron antes que yo porque no sabian lo que habia hecho, yo aguante encerrado en mi piso con grandes cantidades de cerveza y latas de maiz varias semanas, hasta que una mañana, de un dia normal, no estoy seguro que dia era porque ya nadie llevaba la cuenta y yo no hacia tiempo que no tenia nada que hacer, me levante a las 8 de la mañana como siempre, sali al balcon, comprobe que la indigente porfin habia muerto, ya no habia zombis llendo a sus trabajos pero tampoco habia revolucion, no habia nadie ni nada que hacer, decidi que era momento de terminar el trabajo.
Me saque el pijama de los simpsons, me puse aquel traje, me subi a la varandilla del balcon y me arroje sin pensarlo dos veces ni mirar a ningun lado.
1 comentario:
10 excelente, a veces pienso que me lee la mente. lo mejor lo de la patada en los huevos.
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