Eran tiempos duros y hacia mucho viento, demasiado viento.
Hacia entre 4 y 5 años que un dia primaveral me habia despertado como cada mañana para dar de comer a las gallinas, tenia que abonar los campos, eran las 7 de la mañana pero algo paso, algo que nunca supe que fue, aparecí en un camion con la cabeza tapada, sentia el olor a bosta de pato en aquel camion, tres gordos viajaban conmigo, no les pude ver solo palpar sus jugosas carnes, uno se llamaba eduardo, el otro martin y el tercero se llamaba "gordo", llegamos entre llantos de "gordo" que queria comer una mariscada urgentemente, nos bajaron aun encapuchados y partimos en un avion u avioneta durante largas horas, unos gritos en un idioma hostil nos despertaron, "gordo" exigia una mariscada urgentemente, los otros seguimos las indicaciones a base de punta de lanza, nos metieron en un sotano y ahi empezo mi vida desde hace 5 años o mas hasta la fecha.
Dormimos entre el olor a bosta de pato que empeze a sospechar que emanaba de mi amigo "gordo", despertamos con mas gritos, bajo amenazas y golpes de barras de hierro nos llevaron a una fabrica, pase entre 4 y 5 años fabricando y ensamblando piezas de armas, 18 horas al dia, la jornada acababa cuando se apagaban las luces y se escuchaba la sirena, bajo las maquinas teniamos colchonetas de lana, las sacabamos y sin perder un segundo nos acostabamos a dormir, solo teniamos 6 horas de sueño disponibles al día y como trabajabamos 365 dias al año, aveces 366 no podiamos desperdiciar ni un minuto de sueño, teniamos sueño acumulado desde hace mucho tiempo, "gordo" seguia soñando con una mariscada pero solo comiamos pedazos de ardilla herbido y boniato al vapor, día tras día.
Recuerdo el primer dia como el ultimo, ningun dia fue diferente del anterior que el siguiente, los agentes de aquel gobierno se paseaban por los corredores de la fabrica gritando amenazas, encapuchados, con una kalasnicov en la espalda con una xela en la mano y una plaiboy bajo el brazo, cuando alfonso, un enano que podia correr 500 metros lisos en menos de 23 segundos, pregunto que porque fabricabamos armas, para que iban a servir, siempre preguntaba lo mismo todas las mañanas, siempre al mismo guardia que impartia un golpe de caña de azucar en la espalda de "enano", pasó mucho tiempo así, muchisimo, hasta que un día el guardia le dijo que estabamos preparando la guerra, una guerra contra una etnia enemiga, enemiga de aquel pais, ciudad, pueblo, aldea del que no sabiamos el nombre.
El tiempo nos dio suficiente sabiduria para crear un idioma paraleo con golpes de metal, un estilo de codigo morse codificado, cada golpe de metal servia para comunicarnos entre los 467 empleados-esclavos-victimas del terrorismo de esa fabrica de armas, fuimos hablando durante el ultimo año sobre libertad, planeabamos una revolución, pero aunque fabricabamos una media de mil armas por persona al dia, nosotros no teniamos nada con que defendernos, ni siquiera sabiamos quien era el enemigo, no pareciamos tener amigos ni aliados, estabamos solos pero estabamos unidos.
El plan era claro, la polvora era fabricada en otra nave que no sabiamos si estaba lejos de nuestra fabrica o quizas justo enfrente o a menos de 15 metros de "gordo" que tenia su puesto contra una pared, una pared de la cual provenian ruidos similares a los nuestros, ruidos de fabricacion, pequeñas explociones esporadicas y gritos, muchos gritos.
El tiempo nos dio sabiduria y descubrimos que como eramos capaces de mantener el mismo ritmo de produccion exactamente de manera ritual todos los días, habia un momento en la tarde, exactamente a las 19:14hs donde entre todos teniamos las herramientas necesarias exactamente preparadas y coordinadas para crear 13 pistolas automaticas entre las 40 personas de la seccion A donde trabajaba yo y mis compañeros, el grupo B y D podia hacer los mismo con rifles de asalto, el grupo C solo podria construir el 90' porciento de 12 metralletas, tendrian que dismunir el rito e intercambiar piezas con el grupo E, ellos a su vez tendrian a su alcanze varias granadas de mano, pero sin embargo todo esto era inutil sin municion, la polvora era un sueño, todos teniamos teorias, mediamos cada milimetro de nuestro plan en nuestro cerebro, viviamos una revolucion imaginaria todos los días pero la realidad seguia igual.
Mediante nuestro codigo habiamos planeado la ansiada revolucion ese miercoles, justo a las 19:14hs un grupo se mesclaria con los otros obreros-esclavos-victimas del terrorismo, para armar nuestras armas y otro grupo arremeteria contra los guardias del regimen, deberia ser un duelo a matar o morir pero dando tiempo a poder organizar el armamento, teniamos superioridad numerica asi que la victoria era segura aunque sabiamos que perderiamos compañeros en esta guerra, faltaba un minuto y los golpes de metal se repetian, las conversaciones por años disimuladas comenzaron a ser evidentes para los guardias, ellos se pusieron nerviosos, nosotros tambien, ese día no seria igual al anterior ni al siguiente, el minuto que faltaba, que nos separaba de la libertad fue eterno.
Sincronizados a la exactitud comenzó nuestra operación encubierta, los guardias estaban nerviosos pero confiados en que nuestra entera subvordinacion al regimen no cambiaria nunca, no esperaban este ataque que comenzó a golpes de puño y con cualquier herramienta que tuvieramos a mano luego mordiscos, estrangulaciones, rabia, sangre, miedo, todo mezclado y en cuestión de minutos murieron todos los guardias y 6 compañeros, la victoria era inminente, aunque nunca en nuestra vida ninguno de nosotros podra olvidar a nuestros 6 compañeros muertos, con los cuales no habiamos intercambiado palabra ninguno durante nuestros 4 o 5 años de secuestro.
En silencio como estabamos acostumbrados y teniendo en cuenta que eramos obreros-victimas de unos 60 paises diferentes con diferentes idiomas, nadie gritó, habló ni dijo nada, golpeando las palmas, armas contra armas o pequeños sonidos fuimos comunicandonos y atravezamos nuestra autentica enemiga, la unica enemiga visible en nuestra guerra particular, una puerta, una puerta que nos dirigio hacia un mundo que habiamos olvidado que existia hace años, 4 o 5.
Salimos corriendo y al llegar a la puerta nadie queria salir, teniamos miedo, mucho miedo, habiamos olvidado al mundo, en la primera planta se escuchaban pazos, los guardianes mayores que nos vigilaban tras ese cristal blindado se movian, teniamos que salir y salimos....
Encontramos una marea humana atravesando las calles, siempre crei que estabamos en un area isolada de aquel pais que no sabia su nombre, estabamos seguros, al menos yo lo estaba, pero salimos a unas calles superpobladas, la fabrica tenia las paredes aisladas del sonido o quizas nos acostumbramos al sonido y nos parecia inexistente, empezamos a correr todos en la misma direccion, buscando polvora, polvora y municion para nuestras armas, pero aquel pueblo, aquella ciudad estaba en paz, la gente nos sonrreia amablemente mientras nuestros amarillentos rostros lloraban, reian, gritaban y se perdian entre la multitud, los negros tuvieron mas facil su integracion o mejor dicho su camuflage entre la poblacion local, era un pais africano eso era seguro, la gente me miraba, yo ya me habia separado del grupo, nadie era lo que era ni nada fue lo que creia, solo corrí, corrí lo mas lejos que pude de esa fabrica, la gente se apartaba y yo tenia tantas ganas de vivir como de dormir, comer, cagar, follar, gritar, sentir, beber, estar y moverme, corri varias horas seguidas, el cansancio como lo entiende un ser humano civilizado no existia, existia una sensacion nueva, luego de 4 o 5 años con las mismas sensaciones, sentir una nueva sensacion como el cansancio no era un problema, un nombre se repetia entre los carteles y las voces de la gente, Monrovia, me sonaba ese nombre de alguna clase de historia o alguna declaracion de la ONU, sabia que era una ciudad de Africa, poco mas sabia y no queria dejar de correr.
Ya sin fuerzas me detuve y caí en el suelo mugriento de un barrio de chabolas de esta ciudad, no podia casi respirar y perdí el conocimiento, necesitaba recuperar las horas de sueño robadas por el regimen, dormi unas 3 o 4 semanas practicamente sin para, solo despertandome para cagar, comer y mear sin superar los 4 minutos en cada ocacion, no sabia quien me daba comida ni donde cagaba pero lo hacia, finalmente desperte en el seno de una chabola llena de niños, viejos y negros en general, vivo con ellos desde entonces, son mi familia, me habian alimentado durante este tiempo y me habian dejado el lugar menos humedo de su chabola para dormir, yo habia fabricado las armas que mataron a sus padres y matarán a sus hijos dentro de no mucho tiempo.