Era un dia bueno para los amantes de la buena musica, la xela semi-fresca y los petas, eran los dias de Viñarock.
El helicoptero de la guardia civil sobrevolaba este año el festival y segun testimonios cercanos las fuerzas represivas merodeaban y molestaban en los aparcamientos de la zona alta donde son asiduos las carpas de rave y de punkis.
Era un dia de sol y no de tormentas electricas y tornados como en otras ocaciones, a dios este año le gustaba el cartel, a mi no tanto salvo el ultimo dia.
Iba de camino por aquel camino que lleva a los conciertos desde los aposentos donde residia temporalmente esos dias, pasaba por el puente de los yonkis molestosos, seguido por los diversos campamentos de refugiados de la sociedad y pijos-hippies que querian ligar con otros sub-seres enanos, mi camino era corto pero debia sortear diversos impedimentos, un control de ejercito egipcio impedia el acceso libre y las alambradas electificadas bloqueaban otros accesos, debiamos tener los papeles en regla y el brasalete al dia, eramos cacheados para comprobar que llevabamos drogas y bebida, todo aquel que carecia de dichos elementos era duramente castigado y obligado a comprar a precios vigentes del corte ingles, en ese momento yo no tenia mis suplementos ya que los habia gastado en la comida, tenia miedo por mi integridad fisica, asi que me puse a rezarle a Alah que parecia no escuchar mis peticiones, pasaron varios minutos entre el polvo y las conjeturas, pasaron horas o quizas dias y yo en posicion de la flor de loto no perdia mis esperanzas.
De pronto se me acerca una vieja envuelta en papel de impresora y paginas de avisos funebres del diaro "el mundo", me pregunta si necesito algo, le digo que si, pasar el control militar y llegar al concierto de la vela puerca o al menos al de los suaves, la vieja comienza a emitir chillidos muy pero muy agudos, saca un porro de unos 30 centimetros y una xela de 3,4 litros, pronuncia unas palabras magicas y comienza a volar mientras me toma de la mano, sobrevolamos el campamento y el mercadillo y aterrizamos en medio del pogo, gracias vieja, gracias por el viaje en tu aeroplano.
3 comentarios:
intuyo, por la naturaleza de la historia que puede que la vision de la anciana se deba a la concentracion de estupefacientes que por otro lado tan normal es en los festivales.
No, la vieja se pasó tanto con los estupefacientes que acabó invadiendo la conciencia de un tipo notrmal que pasaba por allí sin hacer nada ni drogarse y lo hi9zo partícipe.
Sr tote a usted le gustan los estupefacientes y no poco, probablmente sea todo producto de la imaginacion de un niño que miraba desde su ventana como deambulaban los punkies, hippies y guardia civiles en su tranquilo pueblo ahora convertido en tierra de rock y drogas
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