Era una noche como cualquiera, solo que no habia tomado mis cereales correspondientes del desayuno, cosa que me ponia nervioso, aun mas nervioso que el riesgo pais y las bajadas de la bolsa, aunque cada vez que baja la bolsa suelo romper un trozo de metal sobre el indigente que duerme en mi salon....porque? porque duermes ahi señor indigente? porque usufructuas de mi sofa-cama con esas viejas que te traes los martes y ultimamente traes de lunes a domingo, todos los dias encuentro una nueva vieja en mi salon, que tampoco es mio, porque niños.....vosotros no lo sabeis pero ninguno tenemos un salon ni una cocina reformada, solo tienes una puta deuda en el banco, cualquiera puede tener una deuda, tus sardinas fritas no son propiedad ni del gobierno, sino de un tipo calvo y enano que habla muy bien pero apreta botones mejor aun...no es tu casa, nadie hace nada en tu casa porque no tienes casa, desde que los espacios se llaman mio, tuyo o de él, no tienes nada...absolutamente nada, por lo tanto permito que dicho indigente pernocte en el salon de alquien que casualmente se encuentra en un espacio donde el capitalismo me otorgo por gracia y obra de Dios...hasta que el capitalismo nos separe.
Era una noche fria, queria tomar mi ultima xela, tenia solo 3 peniques en mi bolsillo y una metralleta de asalto, entre en el superclub, una discoteca de un lugar de europa olvidado de las leyes internacionales, un lugar donde no existen
1 comentario:
pensaba que habías vuelto a escribir aquí, de puro confinamiento
Publicar un comentario